[Pata de Palo]

Es Agosto, el mes de la Heroica.

La primera Procesión de la Bandera en Tacna (1901)

Tacna

Tacna, la ciudad donde he nacido, no fue fundada por los españoles. Se fue haciendo como la querían sus hijos.

Aquí, entre los cerros Arunta y el Intiorko, que la abrigan, y bajo la mirada de sus volcanes, Tacora y Chupiquiña, se dio el Primer Grito de Libertad, en 1811. Por eso los hijos de la patria nueva le concedieron el título de Heroica Ciudad.

Tacna, tierra madre de Vigil, el santo de la idea, «columna de mármol a orillas de un río cenagoso», como lo llamó González Prada, y de Basadre, el Historiador de la República. Cuna de Barreto, «Cantor del Cautiverio», de Jaimes Freyre y de Molina. Inspiradora de la Bohemia Tacneña y de su máximo fruto, la revista LETRAS, injustamente olvidada, no apreciada, no valorada por la incuria de los desatentos.

Ciudad castigada por terremotos devastadores, como los de 1833 y 1868; por la fiebre amarilla, en 1869, y por la guerra, empieza su largo cautiverio el 26 de Mayo de 1880. Pocas ciudades pueden exhibir más grande martirologio.

Tacna, mi ciudad, resistió con estoicismo su calvario. Vio como se cerraban sus escuelas, sus iglesias y sus diarios. Tres bastiones en los que la peruanidad bullía. Entonces, la resistencia se trasladó al interior de los hogares. Cada hogar se convirtió en un altar clandestino para recordar al Perú ausente, para alimentar la esperanza de volver al regazo de la madre patria peruana.

Nada pudieron hacer para lograr la chilenización en Tacna. Ni los halagos, ni los premios, ni las nuevas construcciones, las enseñanzas de los maestros que llegaron del sur o las crónicas que los periodistas escribían. Tampoco pudieron convencerla las amenazas, las persecuciones a sus hijos, las cruces negras pintadas a la sombra de la noche, la muerte de los inocentes.

Tacna, democrática ciudad que se ganó, como ninguna otra, el derecho de ser otra vez peruana. Ciudad hecha de granados, de vilca, de canción, que se despierta y dormita arrullada por el rumor del Caplina, su generoso río niño y subterráneo; ciudad de callejones y de flores que la adornan todo el año, perfumando el desierto.

En resumen, ciudad hecha al pedido de sus hijos, eterno ejemplo de lealtad.

Heroica Ciudad de San Pedro de Tacna
25 de Agosto de 2002

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Un buen texto de Gambetta, de quien se podrá decir algunas cosas, pero de que le pone ánimo cuando se trata de escribir ensalzando a nuestra patria chica, le pone. Y con estas líneas abro los posts de este mes, en cuyo día 28 celebraremos un nuevo aniversario de la reincorporación de Tacna al Perú. Tomado de acá.

La Yapa:

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Por UnOsoRojo

3 comentarios en «Tacna, por Fredy Gambetta»
  1. Queria hacerle una consulta sobre una flor de Tacna: La Buganvila…
    ¿Porque en el dia de Tacna, nos colocamos la vuganvilla en el pecho? ¿Cuál es la historia de esa flor para los Tacneños?

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