Mi asunto con Dropbox y GNU Linux

[Yoni]

Captura de pantalla de mi escritorio de Ubuntu con KDE Plasma.
Más así en el hashtag #ViernesDeEscritorio vía tu red social favorita.

Hay un programa que uso desde hace 10 años para 1) tener una copia de seguridad en línea de mis archivos de trabajo y 2) poder avanzar mi trabajo desde mi computadora en la casa. Este programa es Dropbox y por lo menos un par de veces me ha salvado la vida, como cuando robaron las computadoras de la empresa y sólo necesité volver a sincronizar la data en las nuevas computadoras que compraron. No me imagino qué hubiera hecho si no lo hubiera estado usando, supongo que rehacer toooodo el trabajo. Sólo pensarlo me da ansiedad.

Bueno, pero me salvé y desde entonces más lo he estado usando, incluso por un tiempo para mi biblioteca digital de ebooks, hasta que por mucho compartirla me terminaron restringiendo esa función, y por ello la tengo ahora en Google Drive. Y así estuve cuando ya en otra empresa el 2017 o el 2018 el equipo de Dropbox anunció que la aplicación de escritorio ya no iba a seguir funcionando en sistemas Windows de 32 bits… y la computadora que en ese momento estaba usando en el trabajo era una de 32 bits. Descontando que no me iban a comprar una nueva… ¿Tendría que tratar de usar un servicio alternativo? Pero en ese momento ninguna me daba gratis todo el espacio que usaba y de todas formas es probable que tambien la fueran a descontinuar para computadoras con Windows viejos. ¿Y entonces? Pues resultaba que había una opción: instalar una distribución de GNU Linux de 32 bits.

No fue algo que haya salido totalmente de la nada, en otro trabajo incluso más anterior, instalaron un servidor de Ubuntu y este me pareció interesante, pues como casi todo el resto sólo había usado los sistemas de Microsoft (DOS y Windows). Con el tiempo, averigüé un poco más e incluso ya había intentado instalar una versión de Ubuntu en mi computadora personal, pero por alguna razón no funcionaba y lo dejé pendiente. En esta ocasión, en cambio, tuve éxito y logré instalar un Ubuntu Mate, una versión ligera del Ubuntu pues la PC en cuestión no tenía demasiados recursos. Primera vez y fue para revivir un equipo viejo, y no resultó mal: para ofimática e internet basta y sobra, eso te lo puede decir cualquiera. Lo único que me sigue dando problemas son algunos programas de Windows que no aceptan instalarse en Wine y que hasta ahora los tengo en una máquina virtual de Windows XP para reducir el requerimiento de recursos.

Y he allí mis inicios en GNU Linux. Poco tiempo después compré una laptop y rápido hice un dual boot, instalando por fin un Ubuntu completo en sus propias particiones, que es el que uso normalmente, dejando el Windows 10 que venía preinstalado para casos de emergencia y para un par de videojuegos. Me sorprende que así como así hayan pasado tantos años y lo mucho que me he acostumbrado, pero también lo muy superficial que siento mis conocimientos de éste, fruto de ser alguien que empezó a usarlo desde un entorno visual, no como otros que se acercan a él con el método de líneas de comando.

Ojo, no es que las líneas de comando me asusten, y todos saben que en Ubuntu a menudo no se puede evitar usarlas de cuando en cuando. Mi primera experiencia con computadoras fue en MS-DOS, y allí eran una constante, por lo que diría que no se me hace tan difícil… pero tampoco es que aparte de copiar y pegar comandos para instalar o arreglar algo las usara mucho, siendo que ya hay programas visuales bastante buenos e intuitivos.

Mas eso es cuando tienes el Linux en tu computadora o en una terminal conectada físicamente a un servidor, pero si tienes que trabajar de forma remota es otro asunto. Allí es mucho más eficiente usar la línea de comandos, tanto para el trabajo con archivos y directorios como para configurar, programar y gestionar servicios. La falta y pulimiento de esas habilidades, lo mismo que del conocimiento profundo de las opciones y estructura del sistema operativo a que estas obligan es el gran pendiente que tengo, razón por la cual recientemente contraté un VPS básico para pulir todo ello, como indiqué en mastodon:

Y así estoy ahora, tratando de entender las distintas opciones sólo usando comandos, jugando con estas, descubriendo otras. Diría que es entretenido y lo necesito para llevar adelante un proyecto que tengo.

¿Y a qué viene esta retrospectiva de mis hábitos en sistemas operativos y mi simpeo por Dropbox? Nada, sólo me apeteció… Bueno, sí, quizás invitarles a instalar Dropbox con mi código de referido (éste) para que me den la bonificación de espacio gratuito. Resulta que cuando instalas te dan gratis 2 GB, una cantidad regular pero insuficiente a la larga, pero haciendo ciertas acciones ganas (o ganabas, pues varias ya están descontinuadas) más espacio. Actualmente así he sumado algo más de 16 GB a mis 2 GB originales, pero de nuevo se me están acabando por el intensivo uso que le doy al programa. Con cada nuevo usuario que atraigo gano 500 MB, con un limite de 32 referidos (“amigos”) que representan para mí 16 GB: ya llevo 22, o sea 11 GB; aún tengo para 10, o sea 5 GB. Si puedes, apóyame, que también el referido obtiene 500 MB. Y eso es todo por el momento. Vayan en paz.

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Un comentario en «Mi asunto con Dropbox y GNU Linux»

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