La Rebelión de Atlas: ¿Quién es John Galt?

[B-Review]

¿Qué decir de la obra más conocida de Ayn Rand (1905-1982), la filósofa rusa-estadounidense creadora del objetivismo? Para empezar que esta novela es en mucho una monumental exposición en clave de ficción de sus ideas, y por lo tanto tiene una fuerte carga conceptual. Advertidos. Su objetivo al hacerla evidentemente fue que sirviera de vehículo de difusión de su imagen de lo condenable y absurdo del mundo actual, las amenazas que sobre él se cernían y lo que consideraba correcto. Y la verdad que en eso ha sido muy efectiva. Tanto que según se dice una encuesta que habría realizado el Club del Libro del Mes de EEUU entre sus afiliados en 1991 estableció que después de la Biblia, este habría sido el libro que más había marcado un cambio en sus vidas. Coincido. No dudo que después de someterse a su (en buen sentido) “lavado cerebral” no quede persona que no reconsidere el libertarianismo (y el egoísmo racional, créanlo) como opción válida y dude de lo que los “altruistas” (tanto los del alma como los del cuerpo) proclaman. Recordemos que Rand había huído del régimen comunista-estalinista, al que odiaba, y su obra está muy marcada por ese desprecio a los que llama una y otra vez “saqueadores”, tanto en la órbita comunista como en este lado de la Cortina de Hierro.

En un mundo donde las Repúblicas Populares se han extendido a sus anchas, sólo quedan los Estado Unidos como el mayor bastión del capitalismo, pero ya no es el capitalismo creador que creó los grandes avances de la técnica moderna, sino un capitalismo contaminado por la política y los ideales sociales. Las constantes ayudas a las otrora ricas y ahora empobrecidas naciones de Europa y demás estados mendigos del orbe, el intervencionismo estatal, el ataque desde la “intelectualidad” contra los productores más grandes e innovadores (también a la misma razón), la prosperidad de los negocios basados en el amiguismo y los favores del Estado, etc. son cosa común. También el progresivo deterioro de la economía nacional a pesar de todos las regulaciones y discursos.

Y ente ambiente enrarecido para la innovación, el país ve desaparecer uno a uno, sin dejar ninguna huella, a sus mayores industriales, intelectuales y en general, gente para la cual su libertad individual es el mayor valor que aceptan, no el bien común. Gente que justamente –en la novela de Rand- hace funcionar el mundo, o -usando la imagen del título- lleva a éste sobre los hombros. Sí, como Atlas, el Titán.

Entre los que aún permanecen trabajando está Dagny Taggart, una de lasLetrero encontrado en Coconut Grove, evidentemente hecho por un admirador de Rand (Fuente: http://luisfi61.blogspot.com/ herederas de la Taggart Transcontinental, donde tiene el cargo de Vicepresidente de Operaciones (su hermano James sólo por ser el varón fue el nombrado Presidente). Verdadero corazón (o cabeza, si lo prefieren) de la mayor empresa de ferrocarriles del país, Dagny Taggart vive en cotidiana lucha para mantener la compañía a flote afectada por toda una serie de decisiones incorrectas de su hermano, juegos políticos, fallas de suministros, misteriosas renuncias de sus mejores elementos, etc., encontrándose constantemente con un nombre en las conversaciones de la gente, repetida una y otra vez como expresión de desconcierto o fastidio: “¿Quién es Jonn Galt?”.

¿Y quién es John Galt? La misma novela comienza con esa pregunta. Y no por nada. ¿Qué significa esa presencia que no se nos presenta hasta avanzada la lectura? Ayn Rand nos lleva por una montaña rusa de conceptos, personajes y situaciones en alrededor de mil páginas mostrándonos la lucha entre los productores y los saqueadores como su propio Fin de la Historia, una más ominosa que la que presentara luego Fukuyama.

A veces, claro, se pone pesada la lectura por todos las ideas expuestas, incluso en sendos y densos discursos. También se le puede criticar a Rand la forma en que idealiza a sus héroes y se las arregla para ir de la distopía a la utopía. Hasta se le puede hallar alguna que otra contradicción o situación tirada de los pelos. Bueno, nadie es perfecto, pero queda su obra como un monumento al individualismo más puro y su intento de reinvindicar la razón y la lógica en un mundo dado al espiritualismo y al voluntarismo, fantasmas de buenas intenciones.

Puede que muchos no puedan acabar la novela espantados por la forma en que se deshace el suelo moral sobre el que se paran. Era previsible. Tal es su naturaleza y la razón por la que a medio siglo de escrita no sólo haya mantenido vigencia sino que incluso ésta inusitadamente esté creciendo: su expresión de una idea nueva y controversial justamente por su simpleza lógica. Nada de justificaciones para sentir, simplemente A es A.

La Yapa: Para ahondar en la filosofía de Ayn Rand que está presente en su obra puedes consultar Objetivismo.org. Allí también puedes encontrar La Rebelión de Atlas completa así como ciertas partes vitales corregidas en su traducción. Aquí una colección de artículos de o sobre Ayn Rand. Y acá una lista, sinopsis y algunas críticas de su obra. Ya luego veo que más encuentro, incluyendo la película que adapta la primera parte de la novela (el proyecto es adaptar también el resto, pero no me imagino cómo la harán con cierto larguísimo discurso )

Ayn Rand en art deco

Compartir:

Sigue leyendo

AnteriorSiguiente

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.