[F-Review]
Video subido por Walt Disney Studios. También lo puedes ver acá.
En uno de tantos puebluchos de Arizona, Jhon Carter baja por provisiones lo mismo que tantos gambusinos que busca fortuna excavando la tierra. Pero no es en modo alguno cualquier pobre diablo sino todo un soldado que está en la mira del regimiento militar local para que les preste sus habilidades en la lucha contra los indios. Él se niega “cortésmente” como buen caballero sureño (Carter es de Virginia) porque no es su pelea, y en su fuga para escaquear su reclutamiento forzoso perseguido primero por los militares y luego por una partida de indios se refugia en una cueva donde es atacado por un extraño al que hiere mortalmente. Al revisarlo éste, moribundo, manipula un extraño medallón y Jhon Carter sufre un desvanecimiento. Cuando despierta se encuentra en un extraño descampado y grande es su sorpresa al descubrir que en ese sitio posee extraordinarias habilidades de salto y agilidad, y más aún cuando se encuentra a los habitantes locales de lo que no es otra cosa que Barsoom, el mundo que los de la Tierra conocemos como Marte. Mas tarde hace su aparición la bella Dejah Torris prácticamente caída del cielo y Jhon Carter, que se negaba a involucrarse en las luchas de la frontera del Oeste estadounidense, se halla ahora frente a una guerra mayor entre las ciudades-estado y clanes guerreros de un planeta extraño y moribundo.
Una hermosa princesa, un héroe carismático, escenarios exóticos, peleas con espadas y muchos peligros son una fórmula clásica del género de aventuras. Y Edgar Rice Burroughs, a quien se le recuerda sobretodo por su Tarzán, lo sabía muy bien. Tales ingredientes forman parte de su Serie Marciana, un conjunto de novelas ambientadas en un ficticio y moribundo planeta Marte (según las especulaciones que el astrónomo Percival Lowell popularizara por entonces) y protagonizadas a menudo por el aparentemente inmortal Jhon Carter, capitán veterano de la Guerra Civil estadounidense en el bando de los confederados, y que el Sr. Burroughs publicara en la primera mitad del siglo XX.
Varias décadas tenían que pasar, idas y venidas como proyecto fílmico y un siglo cambiar para que la primera de tales historias (Una Princesa en Marte) fuera adaptada al cine en esta ambiciosa producción protagonizada por Taylor Kitsch en el papel de John Carter y Lynn Collins como la princesa Dejah Thoris, a quienes se les tasa mas que nada porque en el año 2009 interpretaron a Gambito y Zorra Plateada respectivamente en X-Men Orígenes: Wolverine. El director fue Andrew Stanton que viene de dirigir para Pixar Wall-E y Buscando a Nemo y por las cuales ganó dos Óscares. Fuck yeah!
Los años no pasan en vano y por ellos nota las varias libertades que se han tomado con la historia para hacerla más digerible y actual al gusto contemporáneo pero sin perder la esencia del personaje y los valores de entretenimiento de su aventura extraterrestre. Para empezar el asunto de la inmortalidad de Jhon Carter no es tocado y la forma cómo llega a Marte gracias a la involuntaria intervención de unos misteriosos personajes ausentes al parecer de la novela original. También el que los tristes recuerdos de su pasado sean una motivación para tomar partido en una guerra por la que al principio no tenía interés, etc.
En cuanto al apartado técnico, la animación en CG es irreprochable, comenzando por los tarks, esa aguerrida raza de criaturas humanoides de cuatro brazos que se roban la película a ratos y que al principio me temía que serían tan odiosos como los gungans de Star Wars. A Dios gracias no fue así. Y además el resto de las criaturas y las ciudades y paisajes marcianos se ven impresionantes y sugestivos. Pulgar arriba.
Sobre los personajes, Jhon Carter es todo lo heroico que debía de ser, y Dejah Thoris es no sólo sexy en sus breves trajes (sólo faltó el clásico sujetador de cobre del pulp fiction) sino también una mujer de armas tomar (y de yapa una competente erudita) que le hace buena pareja al héroe. Los malos son malos sin remisión, quizás no tan trascendentes, pero ya sabemos lo que les va a tocar. Por último es notable la forma cómo hacen participar al personaje del sobrino de Jhon Carter, que no es otro que Edgar Rice Burroughs (Ned para su tío), sobretodo por su papel en la una sorpresiva resolución de la trama al final de la película. Digamos que el director Stanton salvó la película de los discutibles resultados que el anterior proyecto de Disney, El Príncipe de Persia, tuvo. Porque si no lo notaron, es la empresa del ratón megalómano la que está detrás de esto… Verdad que ni lo parece, ¿no?
En general, salvo lo bobo de algunos de sus diálogos y situaciones, como el que los protagonistas pasen de odiarse a amarse así como así, queda Jhon Carter como una buena opción para entretenerse y reencontrarse con una clásica historia de aventuras.
La yapa: Otra crítica más amplia en Tu Blog de Cine, más imágenes en La Butaca y el libro original lo puedes descargar acá.
Coincido que como película de entretenimiento está buena, es una lástima que no le haya ido bien en la taquilla. Acaso la historia ha resentido el tiempo y para este tiempo luzca anticuada, o quién sabe si faltó mejor promoción, no sé.
la verdad no me gusto mucho no es joda esta buenassooo
sigannnn
leo pala_13