[F-Review]

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A fines del siglo XVIII, una familia inglesa, los Collins, sale de Liverpool rumbo a América a llevar su industriosidad a esas salvajes tierras. Allá, en la costa del ahora Estado de Maine, inician un emporio de pesca y les va muy bien en el pueblo que fundan con su nombre, Collinsport. El hijo, Barnabas, crece en la mansión levantada por su padre, Collinswood, rodeado de la dignidad de ser parte de una familia de valía. Pero una de las sirvientas de su casa, Angelique, se ha obsesionado con él y cuando la rechaza ésta decide desquitarse. Sí, la clásica “mío o de nadie”. La desgracia para Barnabas es que la mujer en cuestión es una bruja (literalmente) y se encarga de destruir a sus padres, a su amada… y convertirlo a él en un vampiro para que sufra por toda la eternidad. Y para más inri levanta a la gente del pueblo contra él y lo entierran “vivo” en un ataúd de hierro. Típico. Y así pasan casi doscientos años, hasta que en 1972, Barnabas es liberado de su prisión y se encuentra que el mundo ha cambiado. Y vaya que lo ha hecho. Pero igual para él primero es la familia, así sea una tan disfuncional como la que encuentra sobreviviendo en el semiderruido caserón que alguna vez llamara hogar.

Es obvio el toque de Tim Burton en esta película, la cual no es otra cosa que la adaptación de una serie de televisión de culto (allá en Estados Unidos, que acá en Perú no la conocemos ni en pelea de perros, valgan verdades) que él siguiera de niño allá entre fines de los 60’s y principios de los 70’s. Fan de ella tiene en su ambientación y la actuación de Jonny Depp (quien acá cumplió su sueño de infancia de “ser” Barnabas Collins) sus puntos fuertes. Escenarios de sabor gótico, pálidos semblantes, personajes bizarros, criaturas de la noche… sí, ese es Tim Burton.

Mención especial se merece la inclusión en contrapunto del mundo moderno setentero, con su música disco y su rock estridente (un ambiente que en algo me ha recordado al suburbio vecino a la mansión de Edward Manos de Tijera, aunque sólo sea por el contraste mundo “normal”-mundo Burton), haciendo épico el encuentro de un anacrónico Barnabas Collins con tan incomprensibles cosas como autos, luces eléctricas, teléfonos, satánicos letreros de Mcdonald’s, etc. Por otro lado, Elfman como siempre es un profesional al darnos un soundtrack que incluye la música de la época, dándole espacio inclusive al controversial Alice Cooper (“¡Pero qué mujer más fea!”, dice Barnabas) en un cameo interesante.

Ahora los puntos flacos: aún cuando Depp está genial como siempre, sus interacciones con los otros protagonistas se muestran un tanto forzadas, con excepción acaso de los encuentros y desencuentros “apasionados” con su némesis y acosadora inmortal (sí, la bruja aún vive), a la cual no se le entiende bien: ¿lo odia, lo ama, le tiene envidia? Pero igual, Eva Green (Angelique o Angie, para los amigos) cumple y llama la atención más (muchísimo más) que el supuesto interés romántico de Barnabas, Victoria Winters, interpretada por una fantasmal Bella Heathcote. Francamente yo votaba por la bruja. Vamos, que pudieron prescindir de ella y ni lo notaba. Pero no de Michelle Pfeifer ni de Helena Bonham Carter, que también hacen su trabajo. Tampoco cuaja la forma cómo Barnabas toma el puesto de patriarca familiar para rescatar a los Collins de su actual decadencia. Todos esos tropiezos al parecer han sido obra del guión, que recayó en Seth Grahame-Smith, autor de las delirantes novelas Orgullo y Prejuicio y Zombies y Abraham Lincoln, cazador de vampiros, la última de las cuales estrenará adaptación cinematográfica este año. Espero que allí haga mejor trabajo.

En general, esta comedia de terror más cercana a Beetlejuice que a La Leyenda del Jinete sin Cabeza, aun cuando no sea lo mejor de Tim Burton lejanamente tampoco es lo peor (dudoso honor que podría caberle a su Alicia o a El Planeta de los Simios): se deja ver y entretiene, lo cual dice mucho del profesionalismo de un director que, como él, así trabaje en piloto automático igual se ha ganado a pulso un sitio en la industria.

¿Que vas beberte nuestra qué, hermano?

La yapa: Más imágenes en La Butaca, así como críticas más amplias.

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Por UnOsoRojo

4 comentarios en «Sombras Tenebrosas (2012): La sangre es más espesa que el agua, así sea de mar»

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