[Pata de Palo]
La Tacna que se va yendo.
Por: Fidel Carita Monroy.
Con Aprecio para mis Amigos!!!
El tiempo pasa pronto, y va cubriendo a cada instante las cosas, como con pátinas de polvo, que pareciera las hicieran quedar en el olvido. Es como cuando amanece de todos los colores frescos, deliciosos y el sol se pone rápidamente en el cenit, luego la tarde y la noche.
La Tacna de entonces, va quedando en el recuerdo. La de mi Infancia, la de la “collera” de amigos, la de la década de los 70; la que ha podido ver las lomas del invierno, con flores de todos los colores; pasando todos los valles desde Tacna hasta Ilo. Con el Intiorco y Arunta hermosos, limpios, saludando con alegría cada mañana y dando la bienvenida a los visitantes.
La Tacna, que ha visto caminando con dulzura los caballos jalando carretas por las calles empedradas; la que ha podido retener mis más tempranos recuerdos traen a mi memoria, personas, personajes, que se habían ganado el respeto y cariño en la ciudad, y que puedo recordar con Facilidad.
La ciudad de entonces, que hace recordar con facilidad las casas con techos a dos aguas, muros de grandes adobes y paredes de segundo piso hechos de quincha. Esa combinación entre la caña, madera, paja y barro, que se usaba en las construcciones de antes, fueron las que veíamos con frecuencia.
En algunas casas ya tenían televisor a color, generalmente traídos de Arica. Además de América televisión y Panamericana; en Canal 5 de Chile, podía verse por las tardes Música Libre; escuchar las canciones como la de Rabito “No me pidas que te deje…” con su grupo de baile y por las noches Sombras tenebrosas con Barnabás Collins.
Pero también mi generación vio ese cambio a la modernidad de la ciudad urbanísticamente.
En la década de los setenta; ya estaba el Hospital Regional Hipólito Unánue, construido por el Presidente Manuel A. Odría, igual que la Gran Unidad de Varones Coronel Bolognesi y la Gran Unidad de Mujeres Francisco Antonio de Zela. Muchos de los jóvenes de entonces iban al Colegio Champagnat de los Hermanos Maristas, al San Martín de Porres, al Federico Barreto, al 990 o Hermanos Barreto de fachada y aulas en piedra de cantería, al Modesto Basadre y Gregorio Albarracín.
Estaban, entonces, muy nuevos el Colegio Italiano Santa Ana, en la calle Arica el Corazón de María, en Jesús María cerca del Cuartel Las Vilcas y un moderno Colegio Cristo Rey comenzando lo que ahora es el CPM Leguía.
Entonces muchas de las Niñas Iban al colegio Mercedes Indacochea que funcionaba en una típica casona de Tacna muy bonita con rejas de fierro fundido, sobre piedra de cantería en el muro perimetral; donde ahora funciona la Escuela de Bellas Artes. Los niños también iban al 993 como se le llamaba al Carlos Wise, ambos ubicados en la calle 2 de Mayo.
Los partidos de Futbol, de Basket, de Voley, las competencias deportivas, eran dignas de finales de campeonato mundial, todos hacían de todo para campeonar. A veces, pocas, habían unas broncas que la policía se encargaba de calmar.
Los desfiles escolares, también, en los setentas se convertían en grandes competencias de Orden Cerrado. Generalmente en fiestas patrias y fiestas de Tacna, causaban el orgullo de sus alumnos, pero también de los padres de familia. La Unidad de Varones tenía un excelente y exigente Instructor, el Sub Oficial Barreto, que hasta ahora sus alumnos deben recordar.
En ésos días las chicas y chicos de entonces, caminaban por San Martín, donde recién se había construido el Hotel emperador, Frente al Hotel Central, de los Rejas, y el edificio de la librería el Estudiante con sus asensores, del Papá de Kike Guevara. Paseaban a la moda usando los pantalones bota ancha, la mayoría en jeans, y los polos de algodón manga corta con los primeros estampados que la industria textil comenzaba a producir.
Se salía en mancha a tomar sus helados Donofrio o paletas Sin Rival, en esa mezcla de lo tradicional a lo moderno; cuando en Setiembre empezaban los meses de calor con la fresca primavera de Tacna.
Caminar era agradable por el pasaje Vigil; donde había un moderno Banco Industrial y Banco agrario, donde ahora están la Caja Tacna y la Sunat. En la Esquina con Bolognesi estaba la Botillería “Disverli”, donde se podía comprar los polulares combinados “Superman”, “Espérame en el suelo”; mientras se escuchaba las canciones de Menudo como “súbete a mi moto” o “no que no” o “Caliente, Caliente” de Rafaella Carra”.
Pasear por la Plaza de Armas, era relajante, sobre las locetas venecianas cantarinas amarillas de su piso; mirando al fondo la Catedral y sobre el edificio de Pedro P. Días, ver el inmenso letrero luminoso de la Chapa de Kolín Kola, bebida clásica tacneña. Rica la Kolin y la Cruch y más rica con una empanada de pollo de Lira o Los Milagros, después de los desfiles.
Más abajo en San Martín se Construía el Moderno Edificio del Banco Hipotecario, ahora ocupado por el seguro social; para ello se demolió el tradicional y antiguo Cine Colón, donde pasaban, antes de su caída las películas como las de Lando Buzanca o el Gordo Porcel.
Ya entonces habían aparecido los cines San Martín, frente al Arco en la Plaza de Armas, el Cine Tacna, frente a la Unidad de Mujeres, el Cine Pacífico en la Calle Varela, a una cuadra de las 200 casas y el Cine Perú en Leoncio Prado, a una Cuadra de donde hoy queda la Pollería Kankas y se pasaban películas de Karate.
Durante esos años se podía ver al lechero, muy temprano por las mañanas, traer los cántaros de leche en los cerones sobre el burrito de grandes orejas. Las señoras salían a la calle para comprar la leche en sus ollas o sus jarras; mientras el burrito caminaba con dulzura, al costado del lechero con su sombrero de paja muy grande; sobre el empedrado de las calles, que brillaban en la mañana.
El Doctor Arana, el Doctor Salvador Moarri, el Doctor Ferrer, El Doctor Lostanau, el Doctor Lozada, el Doctor Pedro Sakuray; eran los médicos a los se recurría con mayor frecuencia.
El Doctor Arana, era se estatura media, frente amplia, cabellos semi ondeados. No era flaco ni muy subido de peso. Operó a mi Madre de la Vesícula y a mí del apéndice; tenía mucha paciencia y usaba casi siempre esos mandiles blancos tipo guardapolvo, de los médicos. Era muy buena persona, conversé con él varias veces.
El Doctor Salvador Moarri, padre de Richard, compañero de promoción del colegio, su hermano tenía en la Calle San Martín una de las mejores tiendas de Ropa exclusivas y a la moda “Tiendas Michel”, ahí me compré uno de mis polos favoritos, de manga corta, cuelo camisero rayas azules y celestes cruzadas. Salvador era de frente más grande, que extendida sobre su pequeña cabeza. A Richard su hijo a veces le decíamos Sirio, en el Colegio, tratando de adivinar su origen famliar , no lo sé exactamente si palestino o de alguno de esos países cercanos.
Don Salvador era muy Práctico, ágil, de amplio conocimiento de la medicina y la ejercía con mucha generosidad. Igual que al Doctor Arana, siempre se lo veía con su mandil blanco, manejando su Volks Wagen celeste; o subiendo a su oficina en el antiguo edificio de Pedro P. Días en la calle San Martín, donde tenía su consultorio en el segundo piso. De su consulta igual que en la mayoría de médicos, uno salía con algunas medicinas que te daban de cortesía; generalmente de sus muestras médicas.
El Doctor Pedro Sakurai Satto, Deportista; me contó que había jugado por el Nacarino, barrio vecino al mío el Rospigliosi, de postes de madera alto y focos pequeños que daban luz entonces, sobre la calle empedrada. Era un arquero imbatible; dermatólogo; pero siempre apoyando el deporte, muy cordial y generoso.
Don Pedro, Papá de mis amigos Jimmy, Silvia y Chio era alto de contextura gruesa y con el paso de los años se notaba que le gustaba la buena comida, que seguramente su querida esposa le preparaba. Era muy fácil conversar con él. Tuve la oportunidad de hacerlo varias veces, tantas y más de las que fui por su consultorio, por algún problema de la piel.
No pude conocer al Doctor Ferrer, Lostanau y Lozada; solo las buenas referencias tan frecuentes, que hablan por si mismas del respeto y aprecio que la gente sentía por ellos.
La mayoría de ellos trabajaba en el Hospital Regional, muy moderno entonces; con ascensores inmensos, construido por el Presidente Odría, donde se atendía, con celeridad, calidad y profesionalismo. La atención era muy buena desde los médicos, enfermeras, auxiliares y personal de servicio, entonces todos podían ser atendidos sin ningún problema.
Entonces, por los setenta, la Madama abuela de Dino Perazo, atendía en el gran almacén que quedaba en la esquina de Arias y Araguez con Olga Grohoman. De techos grandes de Mojinete a dos aguas, paredes cuyos paños hacia la calle estaban pintados de amarillo: las puertas y ventanas de color verde.
Besitos de Chocolate con relleno de crema blanca, era lo que comprábamos, donde la “Madama” antes de subir a la “D”; que era el ómnibus color morado que conducía el señor Vizcarra, alto, trigueño, usaba un gorro tipo Jorge Chávez. También hacía movilidad para el colegio Santa Ana y nos llevaba al colegio un cuarto para las ocho y nos traía de regreso a la salida del colegio después de las tres de la tarde.
Almorzábamos en el Colegio, algunos llevábamos lonchera o podíamos almorzar lo que la Señora Guillermina, concesionaria, cocinaba en el día y servía en las gamelas de tres espacios para la sopa el segundo y el postre.
La Oficina de Migraciones donde daban los salvoconductos, luego de sacarte la foto y poner la huella digital para ir a Arica; quedaba frente a la catedral en la Calle Arequipa; al costado de donde ahora queda “Entre Masas” de los Bacigalupo.
Allí saqué mi salvoconducto para ir a Arica, con mis compañeros del colegio, cuando estaba en quinto de media. Mientras Uno hacía la Cola, podía escuchar las canciones de los Bee Gees, “Fiebre de Sábado por la Noche” o “Cuán profundo es tu Amor”; en las radios de la ciudad Como radio Tacna.
En las radios también, se escuchaba a Tormenta con chico de mi Barrio, Manolo Galván con Poema del Alma; también se podía escuchar en radio Latina, Tacna, Las Vilcas o Power; “Enséñame el Camino” de Peter Frampton y “Baila Chica Baila” de Tina Charles; Mientras los chicos y Chicas de entonces caminaban por las calles con sus pantalones de bota ancha, lentes Ray ban que se traían desde Arica, Zapatos tipo Macario y suecos.
En las noches de viernes o sábado era frecuente ir a las discotecas Safary, Hot Stell y Red Pepper; para bailar la música disco de entonces. Abba, Mocedades, Village People,Hotel California, Rod Steward, Irene Cara, Barry White, Santana, Chicago, Phill Collins, Ring my bells de Anita Ward, Los Pasteles Verdes, Los Iracundos y tantos que hasta ahora da gusto escucharlos.
Tres eras Los Notarios que recuerdo de entonces, la Dra. Daysi de Barrientos, La Dra. María Cutipé, y el Doctor Zigner.
La Doctora Daysi, junto a su esposo el Doctor Victor Barrientos atendían en la Avenida Bolognesi, frente al Pollo Pechugón. Eran Papás de mis Promociones de colegio Victor Manuel, Victor Segundo y sus hermanos Paty y Lucho. Siempre muy colaboradores, sencillos, buenos consejeros, tengo muy gratos recuerdos de ellos en el colegio. Tenían una camioneta familiar Datsun Stanza color Café, en la que llevaban y recogían a los Barrientos del colegio.
En ésos años era común ver los autos Totoya, Datsun, circulando por el centro de la ciudad, camiones Dodge que se fabricaban en el Perú. También los autos alemanes Volks Wagen, los autos americanos que se importaban libres de impuestos para el transporte de pasajeros, que se exhibían en la tienda Rimasa Gneco en la esquina de Arias y Araguez con Dos de Mayo, a un costado del Local de la Logia Piedra Blanca 98 y 35.
Esos autos americanos hasta ahora puede verse en el transporte hacia Arica en la Empresa Chasquitur.
La Doctora María Cutipé, atendía en la esquina de la calle Unánue con Zela, es Mamá de mi compañero de promoción José Luis y su Hermana Rosita quien es responsable de la Notaria que ahora funciona donde antes era la vivienda familiar, en la calle Unanue. Allí hacíamos trabajos grupales, estudiábamos y alguna vez hicimos una fiesta en la época escolar.
El Doctor Zigner, era Papá de Lucho, amigo también del Colegio de promociones mayores. La Notaría quedaba en la Avenida Bolognesi, subiendo a la derecha, al costado de la Quinta Solari. Era una típica antigua casa de techos de Mojinete a dos aguas. Más conocí a Lucho que al Notario. Le gustaba el Basket, sus promociones dicen que era aplicado, era buena gente y paraba en la Notaría de su Padre; parecía el notario.
Pero también está el recuerdo, de grandes personas como Alejandro Argandoña de la farmacia Pasteur, y que lo conocíamos como el Doctor del Pueblo. Alejandro era una persona sencilla, de estatura baja, de pelo negro y peinado con raya a un costado; que tenía la confianza de los dueños de la farmacia Don Ricardo y la señora Ruth. Vivía en Leoncio Prado, con el paso del tiempo fue especializándose en recetar con efectividad. Era muy conocido en Tacna por sus buenos resultados por lo que mucha gente iba a buscarlo y el siempre los atendía, muy atento con una amplia sonrisa.
Don Severo Vildoso, Papá de Ancilla, una gran Amiga. Es de los primeros que abrió Chacra en Rancho Grande cerca de la Playa, en Los Palos y que en su pozo de agua dulce uno podía bañarse mejor que en una piscina. Siempre generoso al compartir sus Brevas riquísimas que dan por la zona, ahora llena de oIivos, de Los palos y Magollo.
Don Beto Machicado de la Tienda de la Esquina, frente a la tienda también de la Señora Grimanesa, en nuestro Barrio Rospigliosi. Alto de Contextura gruesa; Hincha del Dynamo, nuestro equipo de Barrio. Casi siempre usaba una chompa delgada de color café sin cuello y con botones adelante. Siempre estaba listo antes de la temporada con los trompos, las Cometas de todos los colores, listas para comprarlas y poder lucirse con los buenos trabajos que hacía.
La Canga, Mata gente, Lucha, Saludito lingo limeño, Bata, caminitos dibujados en las veredas, bolitas, Run run o el Super yoyo de Coca Cola, eran los juegos que por las tardes, por las noches, y en las vacaciones de medio año y del verano juntaban a los chicos de entonces en risas y emociones. Era una Tacna en la que no había teléfonos celulares, menos internet; donde la calca reemplazaba la fotocopía de ahora y la habilidad para el dibujo podía reemplazar una fotografía. Había que leer bastante y bucear en las bibliotecas para encontrar información y hacer las tareas. No había Google.
Don Beto Claros, tenía su tienda de abarrotes en Arias y Araguez, a unos pasos de donde luego se construiría el terminal terrestre de Ormeño. Muy formal igual que su Señora Esposa muy atentos, usaba camisa a cuadros afranelada y un chaleco de lana delgada color gris plata, así lo recuerdo con sus lentes para mejor lectura, mientras envolvía las cosas en el famoso papel despacho.
Al Costado del terminal de Ormeño estaba Bazar Fátima, De Roberto Perea Nieto y su familia, donde uno podía encontrar de todo, para las tareas escolares y de todo para las costureras; que de las mejores estaban a una cuadra, en Mi Barrio Rospigliosi.
La Señora Raquel Rojas, esposa de Don Raúl Ramos, el Chino Ramos, Policía. La Señora Lula, esposa del Sargento Rondinel de la Policía, La Señora Betty de la familia Sánchez, mamá de Don Ernesto y Carlos.
Nova, Novita era la que siempre además de ser muy conocida por sus tejidos, era muy generosa con los niños que éramos entonces al arreglar nuestros polos y shorts, para los campeonatos, principalmente en el verano, en el campeonato de la Policía, en la canchita de la Comisaría Central. Recuerdo a muchos de mis amigos de entonces, cuando los veo ahora, retrocedo en el tiempo y me parece que estuvieran con sus polos rojos y shorts negros de los Caras Sucias, Nacarino, Alto de Lima, Natividad y de todos los equipos que participaban.
Recuerdo también nuestro uniforme; polo blanco con líneas gruesas horizontales color verde claro, short y medias blancas.
Fresia Marín, muy buena costurera pero además peluquera tanto de damas como de caballeros, pero más de los niños que éramos entonces y ella nos atendía con mucho cariño; esposa del Campeón Eugenio Hernandez, Conocido Boxeador y Policía de la Guardia Republicana.
La Señora Amanda de Soto y la Señora Yépez, por su voluntariado en el cuidado de la salud de los alumnos del Colegio, en mi colegio Cristo Rey.
Don Ricardo el Che Ortiz, Esposo de la Señora Ruth, Papás de mis compañeros del Colegio Ricardo, Jorge y Lucho. Tenía dos farmacias, una en Arias y Araguez “Pasteur” y la otra frente al mercado central en toda la esquina, ahora hay un restaurante de comida norteña.
Don Gerardo Carrillo tenía ómnibus de servicio de pasajeros y una tienda de repuestos muy conocida, frente a la Kolin Kola. Papá también de compañeros del colegio Juan, Gerardo y su hermana Gladys. Construyó en ésa época el Edificio Carrillo en Arias y Araguez, ahora funciona allí un Gimnasio en el primer piso.
Don Eulogio Coronado, Papá de Guido y tres hermanas. Tenía también ómnibus de servicio y casi en el mismo tiempo que el señor Carrillo construyó el edificio Coronado, en la calle Patricio Meléndez.
El Señor Albarracín, Don Eduardo, papá de Lalo, también tenía la empresa de transportes Albarracín. Era representante de la tienda de repuestos Toyota.
Don Perfecto Copaja, Papá de Carlos compañero del colegio, tenía su tienda, mini market “La Macarena” en el Mercado 2 de Mayo, en la esquina de Dos de mayo con Calderón de la Barca. Una tienda muy bien surtida y que era de visita casi obligada.
Don Lucio Cruz, Don Ernesto Paz y su Primo Colorado, era una familia que había venido desde Abancay y que en Tacna dominaron el mercado de la electricidad automotriz.
Don Lucio con su esposa Celedonia, Papás de Franklin, compañero del colegio, Ruth, Lupe y Mary; crearon Electromotor, en Patrio Meléndez. Don Ernesto con su esposa Libia, Papás de Ernesto, Yuri, compañero también del colegio y Libia; pusieron la fábrica de Baterías Rayo, en el Parque industrial. Les gustaba mucho el futbol y nos avisaban para reforzar sus equipos en los campeonatos de residentes de Abancay.
Don Régulo Quina, junto a sus hijos Atendían “Tiendas Quina”. Fué grato hacerle un reconocimiento cuando fuí Alcalde. La tienda más grande en telas y ropa de alta calidad. El Local Mantiene su construcción original del siglo XIX. Daban crédito, que se apuntaba en un cuaderno y se pagaba en muy cómodas cuotas.
Así mi Madre me compraba la ropa allí, Bonitas casacas. polos y pantalones baronet, prohibidos para menores, como decía su publicidad. Luego construyeron un edificio en el Pasaje Vigil, que al parecer iba a ser un Hotel. Ahora allí funciona un Casino.
Don Lucho Carpio; muy Conocido, muy buena persona, papá de Lucho compañero de colegio. Tenía la tienda en san Martín, un poco más arriba del Arco, en toda la esquina. Vendían artefactos para el hogar. Recuerdo que me regaló una pelota de futbol color amarillo, cuando mi madre compró una cocina a gas.
Los Lombardi eran conocidos por sus grandes tiendas y almacenes de entonces, jugueterías y artículos para la agricultura y el trabajo; puedo recordar de ellos a don Ángel y La señora Matilde de Lombardi que después también fuera Regidora y candidata a la Alcaldía de Tacna.
Don Humberto Cúneo Bacigalupo, esposo de Doris Nuñez, Papá de Gaby, Luis, Renzo y Mary. Alcalde de Tacna, Proyectó la avenida Leguía e hizo los primeros trabajos y facilitó la instalación del Mercadillo Bolognesi. Hermoseó la ciudad con grandes jardines y los llenó de rosas y flores, junto a sus regidoras, allá cuando los Alcaldes y Regidores no eran remunerados. Conocido también por su honestidad, vocación de servicio y apoyo a mucha gente. Amigo de Jorge Basadre Grohoman, hicieron posible la Creación de la Universidad Nacional de Tacna.
Don Juan Manzur Luna conocido también por su tienda de telas “La Palestina”, Padre de mis compañeros de Colegio Nino y Jorge. Don Cesar Chiarella, conocido por el rancho san Antonio, tuve oportunidad de conversar con el cuándo hacíamos la renovación de redes en alto de Lima frente a la Bodega Don césar.
Don Carlos Chiarella; Papá de Carlos de la primera o segunda promoción del Cristo Rey; fue caballero. Converse con el varias veces, sobre cómo había sido el crecimiento comercial de Tacna, después de la ocupación Chilena. Era representante de Bion Selva en Tacna. Empresa que tenía equipos y Maquinarias de construcción.
Una de las Joyerías más reconocidas entonces era la del Señor Lizárraga, Padre de Paco. Una Joyería, en la calle San Martín más arriba del pasaje Vigil, que me asombraba y podía ver, cuando entraba sus mostradores de vidrio con grandes y brillantes adornos de plata. Unos Gallos de Pelea de Plata sobre una bandejas de plata adornaban sus vitrinas
Don Carlos Miller, Aprista como Pepe Larrea, tenía también una tienda de ropa deportiva.
La Señorita Coralí Arce, hermana del Prefecto de Tacna, Gran Maestra, enseñaba en su Domicilio, en Arias y Araguez, una típica casa tacneña. A pesar que usaba silla de ruedas o bastón; era exigente en el aprendizaje y la disciplina.
Perico y Condesa; dos personajes muy conocidos en la Tacna de hace cincuenta años; uno Campeón Nacional de Ajedrez, pese a algunas dificultades de salud que entonces mostraba. Condesa de pelo corto, trigueño, servicial, envuelto en su tristeza, era la solidaridad en los momentos muy difíciles de las familias cuando se despedía a los seres queridos a la eternidad, siempre vestía ropa gris oscura.
Hubieron sacerdotes también muy reconocidos por sus cualidades. El Padre Fred Green, Hawaiano, piloto de la Fuerza Aérea de Los Estados Unidos, revolucionó la educación en Tacna. No solo exigente en la adquisición del conocimiento y razonamiento; sino también en la formación paralela de valores éticos y morales en su objetivo de formar Hombres para los Demás. Fundador del Colegio Cristo Rey y Miguel Pro.
El Padre Luis Mellado, español, fundador de la Universidad Privada de Tacna y el Colegio San Martín de Porres.
El Padre Montesinos, gran cantante oficiaba entretenidas liturgias. El Padre Bernardi, descendiente de Italianos, gusta de la buena comida y buen vino; conocido por sus misas alegres y muy rápidas.
Así como el tiempo pasa y hace caer los años, así también esas generaciones fueron alejándose de la vida diaria de la ciudad. Las grandes y hermosas casonas de la Tacna de antes de los ochenta, hizo que el paso de los años y algunas veces la modernidad, quedaran en el olvido, se construyeran otras o nuevos centros comerciales.
Eso pasó con la bonita casa que tenían los Gianelli en la Avenida Leguía, donde estaba su bodega y uno podía ir a comprar Vino tinto, blanco, seco, semi seco, de todas las variedades. Mientras se escuchaba las primeras canciones del Zambo Cavero. Como “Contigo Perú”, Lucia de la Cruz, Cecilia Bracamonte, Homero, Jesús Vasquez, Raúl Vasquez y Beto Danelli cantando “Te necesito junto a mi…”.
También se demolió la casa donde vivía el Colorao Fernando Gil, campeón Nacional de Salto Alto; celeste de dos pisos y que la mirábamos cuando íbamos o regresábamos del colegio Cristo Rey en los ómnibus. Ahora por allí pasa la avenida circunvalación y la clínica la Luz.
Lo mismo pasó, con la Quinta Solari, hermosa casona ubicada en la Avenida Bolognesi, Trabajada su mampostería con Piedra de Cantería y cuya fachada combinaba esas piedras naturales con aplicaciones de fierro forjado trabajadas artísticamente y que daban seguridad a la Quinta, de hermosos jardines internos y pasarelas de piedra. Ahora allí se ha construido un centro comercial.
Las Casas y casonas más antiguas, se caracterizaban por sus techos de mojinete con torta de barro, muros o mampostería de adobe generalmente puestos de cabeza, que sostenían los techos y le daban estabilidad a las viviendas en los que en los segundos piso las paredes eran de quincha.
Las ventanas hacia la calle eran hermosas generalmente con elementos de seguridad trabajados en fierro forjado, con diferentes motivos, ventanales de madera que descansaban sobre los anchos muros de abobe. En el medio una gran puerta de Madera que casi siempre permanecía abierta durante el día, dejando ver con claridad el saguán que era delimitado por una Mampara.
Así eran las casas de mi Barrio Rosigliosi, casi todas iguales de color gris de veredas de piedra de cantería, adornada por los costados con piedritas emboquilladas. La calzada era empedrada, muy bonita, mucho más cuando se regaba y barría por las mañanas.
La casa de Don Salvador Quispe y Doña Celia, , Abuelos de Boitos Guido, Cachito Hugo, Pepe José, Gazelli Negrita, Laly, Peloduro Marcos; donde se vendía Carbón y leña, el mejor de la ciudad, tenía dos ventanales grandes de fierro hacia afuera y un camino empedrado que te llevaba desde la entrada hasta el huerto adentro en su vivienda.
Poco a Poco nuevos barrios o zonas habitacionales como Pescaserolli y Monterrico le iban dando modernidad a las construcciones y nuevos diseños arquitectónicos a la ciudad.
Donde ya mucho antes se habían construido los conjuntos habitacionales de las 200 casas, la Urbanización Tacna, Urbanización Caplina y la Urbanización Rosa Ara. Para y Leguía se encontraban alejadas de la ciudad y solo había una trocha carrozable. encauzada por hermosas vilcas, que pasaba por las chacras que producían grandes zapallos y una casona donde criaban abejas para su producción de miel.
Pepe Larrea, Aprista, comentarista político, hacía radio, buen amigo, cuando lo conocí yo era gerente de La Empresa de Agua.
Don Braulio Vargas, Accio populista; Papá de Rafael compañero de promoción del colegio y de los Patos, vivía en Rosa Ara, contador; una persona muy centrada y convencida en su pasión relacionada más que en su vocación política, en su visión de desarrollo. Ha sido grato para mi recibir varios consejos de él, en diferentes momentos. Mas por el gran aprecio y respeto.
Los Cáceres eran los Dueños de Radio Tacna, la Decana del departamento, La que hacía el Concurso del Picante a la Tacneña y el mejor pan marraqueta. Conocí a la Señora Yolanda, cacera de mi Madre en el mercado 2 de Mayo, le compraba pescado. Era buena persona, como sus hijos, quienes ponen la Radio al servicio de Tacna, en los momentos difíciles.
Las primeras granjas de pollo que conozco son los de la Familia Aste; Orlando mi promoción del colegio nos hablaba de ellas, cuando hacíamos el curso de crianza de pollos,
Las Monjitas del Clero también se ganaron respeto por las cosas que hacían y como administraban sus colegios. La Madre Eufracia del Colegio Corazón de María y las Madres del Colegio Santa Ana.
Gil, era muy conocido por su participación activa en defensa y luego la creación del Equipo COBRA, de Rescate.
Así pasaba nuestra infancia, mientras el Señor Dávila iba a taxear en su avispón verde, el Sargento Rondinel y el Cabo Ramos se iban a su servicio en la comisaría de la Guardia Civil.
Así mientras en las radios en la mañana se podían escuchar los comentarios y noticias en voces conocidas ahora como las de Julio Cesar Cereceda Macedo, Fredy Sardón, Marcial Rospigliosi, Ricardo Oviedo, Lucho Palo, Walter Mello. Y escuchar la Música de entonces, el Break Dance, la música Disco, a Raphael, Julio Iglesias, Tormenta, Nino Bravo o a Camilo Sesto Cantando Fresa Salvaje, o Yanet con Yo soy Rebelde y Los Iracundos cantan esa clásica canción que no pierde vigencia, “El mundo está cambiando y cambiará más…”
Mientras escribo esto, me pareciera ver otra vez, las playas frescas, libres y los cerros hermosos con sus inmensas bellas pampas; esperando la camanchaca del invierno, para pintar con los colores de las flores la hermosa Tacna que conocimos en la década del 70.
Quizá falta recordar a muchos, seguro que faltan muchos, es la fragilidad de la memoría al paso de los años; por ello pido disculpas.
Me pareciera correr de nuevo al Campo de la alianza, como lo hacía en la secundaría todas mañanas. Siento con Nostalgia el sabor en el aroma de los caldillos de los caldillos que preparaban don Guillermo Chenique en el “Buen Gusto” o el de la señora Celinda en el “Paiján”. Riquísimos y deliciosos.
Siento las voces, de los chicos y jóvenes de entonces jugueteando sobre la arena que se mezclan con las olas de las playas del Toro, la Lobita, Las Conchitas, Tomoyo, Los Hornos y Playita brava en los veranos de entonces; y de la Lisera, La Brava; cuando ibámos a Arica. Pero sobretodo la Alegría, felicidad y Solidaridad que caracterizaba a la “Tacna, bella, hermosa, de respeto y segura” que hicieron nuestros padres entonces.
Siento con nostalgia nuevamente el sabor del la fragancia del pan francés y baguet de la panadería Excelsior, en el Pasaje Libertad, calientito por la tarde y otra vez la canción de los Iracundos..“El mundo está cambiando y cambiará mas…”….¡¡¡que sea para bien!!!
Fuente: Facebook
Vaya que el Ingeniero Carita se despachó con su remembranza de casi cinco mil palabras. Yo soy de una generación posterior y migrante, y aún pude conocer buena parte de lo que describe. Al menos los lugares, no tanto la gente pues mi círculo social era otro, entre mi barrio, Bolognesi y Alto Bolognesi… ampliando a Leoncio Prado, Grau, Pocollay, Alto Alianza, Ciudad Nueva… Para mí el centro estaba para pasear, y ahora también trabajar.
Al final somos de un sitio y siempre lo seremos. Ya a estas alturas de mi vida ya no se me ocurriría mudarme más lejos de Pachía y allí para aprovechar el clima.
Puedo no ser el niño patriota (y además religioso) que fui, y mi ciudad también habrá cambiado, pero siempre mi lealtad y mi corazón estará con Tacna.
La Yapa: