Un Halloween Criollo

[Yoni]

Y de nuevo la controversia de cada 31 de octubre: unos celebrarán disfrazándose o disfrazando a sus hijos para que pidan dulces, mientras que otros se pondrán a festejar al ritmo de valses, polkas, marineras y festejos. desde que nos llegara del norte junto con el chicle y los Mac Donalds, el Halloween poco a poco ha ido popularizándose entre varias capas de nuestra sociedad. No sé por qué nos sorprende, con toda la apabullante marea de películas y series televisivas que nos llega de la otra orilla del río Grande, y que consumimos. Es divertido, y por qué no hacerlo? Personalmente no tendría problema en embutirme una capa, adaptarme unos falsos colmillos, echarme talco en el rostro, y reclamar sangre de vírgenes. O sino, disfrazarme de Kenshin Himura con mi cicatriz en forma de X, y mi katana de filo invertido. Sin embargo, hay muchos que sí tienen problema. Hablan de que es una costumbre foránez, cosa de “gringos”, y llaman a los que lo celebran “alienados”. Bueno, de que no se originó en esta tierra, no se originó en esta tierra. Tampoco son originarias nuestras la Navidad o el Día de San Valentín, y a uno no se le ocurriría ver mal a alguien por poner un árbol adornado en medio de su sala, comer chocolate caliente en pleno verano, o regalar cajas de bombones con forma de corazón a mediados de febrero. Hay que tener una mente abierta: la identidad cultural de un pueblo es una mezcla de tradiciones heredadas y modas más o menos efímeras. Claro que toda tradición tuvo que tener un inicio, y en su momento pudo ser tildada de esnobismo o novelería. Y hay quienes les gustaría meterlas en una vitrina para que nadie se las toque; ya no tantos como antes. Y es que se olvidan y vuelven a olvidar que todo cambia, crece, se desarrolla. Los criollos de antaño habrán de resignarse, y acaso, en un gesto de sincretismo puro, poner a un Frankenstein en la guitarra, una momia al cajón, y en la voz de una bruja de sombrero puntiagudo y escoba, armar una jarana de rompe y raja, si no lo están haciendo ya. A mí por mi parte me encontrarán esta noche en el concierto de las Diosas del Ritmo.