Corría el año 2003, y cada tantos domingos (claro que no después de la misa) asistía a las Maratones de Anime organizadas por el Club Sugoi de Tacna. En ese entonces ya la responsabilidad había pasado de Ernesto a Nito, que había mudado las proyecciones a un Local Comunal de una Junta Vecinal del centro. Esto fue necesario pues la asistencia había bajado tanto que no se cubría el alquiler del Cinema Paradiso donde se habían venido realizando. Recuerdo haber lamentado bastante ese traslado, pues aquel local (el Cinema Paradiso) me agradaba mucho más que el que fuera donde se inició todo: el ex-Cine Pacífico, más grande sí, pero sin tan buen sonido, y la verdad que no siempre la proyección salía clara. El Local Comunal era mucho más pequeño que los locales previos, y sólo se contaba con un televisor de 29″ sobre un par de mesas. Más adelante, entre el 2005 y el 2006, creo, meses después que me uniera a los desertores del Club definitivamente, los que quedaron se pasaron a una casa particular, la Casa de Saito, y allí estuvieron un tiempo. Me parece que ya no, la verdad me he desligado bastante. Ya saben: el trabajo, nuevas responsabilidades, el madurar… Además quedé debiendo una cuota ^_^U . Pero me estoy yendo por las ramas. Decía que corría el año 2003, y aún había un regular grupo que asistía a las Maratones, para apreciar la selección que la matriz del Club Sugoi en Lima nos mandaba: selección que incluía todos los géneros (incluso algún yaoi), y varios de los mejores animes que haya tenido la suerte de conocer, entre ellos, para mí, la película que motivó este post: Umi ga kikoeru, o Puedo oír el mar.
La manera cómo me reencoontré con este anime fue así: Aún sigo más o menos ligado a la movida animera, y a menudo adquiero discos con lo último que está saliendo, y en una de esas se me ocurrió echar un vistazo a Katekyō Hitman Reborn!, una serie que estuvo entre las favoritas en Japón el año 2007: Un completo perdedor, loser entre los losers, Tsunayoshi Sawada, recibe la visita de Reborn, un bebé asesino a sueldo(!?), enviado por la familia Vongola para que sea su tutor y le enseñé a ser un adecuado sucesor para líder de esta importante familia de la Mafia italiana. Tengan compasión!, aunque está b¡en, es divertida, pero al terminar de verla debo confesar que me dejó pensando cuán diferentes son los gustos de las personas: Hay en mi generación tantos fanáticos de Saint Seiya y de Dragon Ball, y entre las actuales, de One Piece y Naruto, animes de los que, valgan verdades, jamás me prendí mucho. Y entonces se me ocurrió pensar qué anime podría poner como ejemplo de propuesta de signo contrario a Reborn, y que me haya gustado, y recordé Umi ga kikoeru, una película (o especial de TV, no me queda muy claro esto), realizado por el Estudio Ghibli en 1993, con dirección de Tomomi Mochizuki, y que me llegara por el Club Sugoi ese 2003: una historia simple, sin grandes pretensiones, casi minimalista, con una agradable animación, y una banda sonora hecha a la medida para acompañar recuerdos, y personajes y situaciones muy realistas. Y es que no pude dejar de sentirme identificado con la historia, pues después de todo fui adolescente en los 90’s, y la película trataba justamente de las típicas vivencias de la juventud. También pensé que debería reverla.
Días después volví al mismo local donde compré Reborn a buscar Minami-ke, pero aún no lo habían grabado, así que me puse a hojear su catálogo a ver si había algo interesante, y allí estaban de nuevo Rikuko Muto y Taku Morisaki, así que sin pensarlo dos veces me lo llevé, y aquí estamos ahora.
Poco más puedo decir de esta película, sólo que no esperen excentricidades de ella, ciencia ficción, poderes, peleas de artes marciales ni nada similar. Es un simple cuento acerca de una chica que se muda de Tokyo a Kochi, una pequeña ciudad del interior de Japón, y que en su nueva escuela termina por destacar por su habilidad en los deportes y los estudios, aunque sin lograr adaptarse del todo; de dos amigos a los que termina interesando; y de un sentimiento que necesita de la distancia para ser asumido. No revela mucho, se queda casi siempre en la insinuación y las largas elipsis; es más bien un recuerdo rememorado con nostalgia por el protagonista. Y esa sería la palabra: nostalgia, mas una sin dolor, calmada, pues no añora lo perdido, ya que siendo joven el camino aún está siendo andado, y nunca sabes con quien te puedes reencontrar en una esquina o paradero cualquiera. A mi me pasó, claro que en mi caso (que es otra y personal historia) todo se quedó en un veremos.
Bien, creo que más que reseña esto ha sido una remembranza, pero aun así, recomiendo esta película.
Y, bueno, no encontré trailer, pero sí los créditos finales, con el fondo de una linda canción:
Bueno, como lo borraron, y ahora sí encontré un trailer…
Video tomado de Madman Anime.
Yo tambien fui miembro del club sugoi, por muchos años, creo que desde su segunda funcion en lima… pero ya por finales del 2002 deje de asistir mas que todo por lo mismo, trabajo, gastos, deudas, etc. pero fueron unas buenas epocas, donde gracias a Sugoi pude ver verdaderas obras maestras del anime, como la pelicula que mencionas, y otras como Millenium Actress Yoko», ahora hay demasiada saturacion de animes por internet como justamente Naruto y One Piece que ya me tienen hinchado y que no me llaman la atencion para nada. Si no fuera por Sugoi jamas habria podido ver este tipo de peliculas, ya que la gente de sugoi se daba el trabajo (muy aparte de subtitular las series de su programacion regular) de seleccionar obras maestras como esta pelicula de «Puedo oir el mar».
Saludos.
Gracias por tu comentario. Ultimamente he tratado de ingresar a la pagina de Sugoi para ver en que andan, pero he encontrado su dominio suspendido. Me pregunto que significara, si acaso el proyecto lo han abandonado. Seia una pena, pero tambien comprensible, luego de mas de 10 a�os.
Hola que tal. Es verdad, desde casi a mediados de Abril, la pagina web de Sugoi se cayo y no ha vuelto ha estar en linea. Ultimamente no he visitado la tienda y pues las cosas estaban muy dificiles, mas que todo por lo facil que ahora es conseguir anime por internet… claro que «Cantidad», no es lo mismo que «Calidad»… que si bien ahora puedes encontrar toneladas de anime para descargar, ya sea por Bit Torrent, Youtube, o incluso por Descarga Directa, el 80% de todo lo que sale, para mi es una reverenda basura que no vale la pena ni el tiempo que gastaria en bajarlo. Sugoi se habia caracterizado por siempre proyectar los mas «SELECTO» de lo que habia disponible,… lamentablemente parece que la gente ahora prefiere ver tonterias como Naruto o One Piece, que si bien quizas tengas sus buenos momentos, con accion y todo eso, la verdad que las considero historias bastante olvidables a la larga.. (y eso que he visto la version original, no la adaptada de Cartoon Network).
Volviendo a Sugoi, pues las ultimas veces que fui a la tienda, pues las cosas estaban dificiles, no quiero especular nada, ya que no he tenido tiempo de contactarme con otras personas mas cercanas a IAQ, pero quizas el mantenimiento de la web, ya se habia convertido en algo «prescindible», de todas maneras perder cierta presencia en la WEB no es recomendable, asi que posiblemente regresen con la web o sino por un Blog que seria mas economico.
No creo que hayan cancelado del todo sus operaciones, ya que aun estaba en pendiente el lanzamiento de la revista 26, que incluso tenia preventa.
Igual las cosas estan dificiles para todo el mundo, tengas o no una empresa como Sugoi, y el hecho ya de por si sacar una revista, practicamente sin auspiciadores, ya de por si es HEROICO.
Me daria mucha pena, si un dia de estos paso por la tienda principal del C.C. Arenales y la encuentro, no cerrada, sino vacia.
Saludos.
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