[Op. Cit.]
Hay que ser práctico.
El Mulá calentaba miel en el fuego, cuando un amigo llegó de improviso.
La miel comenzó a hervir y Nasrudin le convidó a su visitante. Estaba tan caliente, que el otro se quemo.
-¡Haz algo! -exclamó el amigo.
Entonces el Mulá tomó un abanico y lo agito por encima de la olla… con el propósito de enfriar la miel.
———
No entiendo para qué calentar la miel, pero bueno…
La Yapa: