Call of the Night (Yofukashi no Uta, 2022): Arca de la Vida, Seno de la Muerte

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¿Qué hace atrayente a un vampiro? ¿Su aparente inmortalidad y juventud? ¿Su estilo sofisticado? ¿Su morboso hábito alimenticio? Desde que la literatura gótica modernizara a los no-muertos de las viejas tradiciones europeas la literatura primero (pasando por Bram Stoker y su Drácula) y el cine después han hecho uso y abuso del tropo, dándole matices y reescribiéndolo hasta volverlo casi irreconocible en la figura de los antagonistas de Soy Leyenda, que luego se mezclaron con el zombie del vudú haitiano y produjeron al zombie moderno, casi invulnerable pero en pudrición, no sofisticado sino tosco, aún más morboso en su dieta… Dos caras de una misma moneda, monstruo individualista el uno y monstruo colectivo el otro, vampiro y zombie representan nuestros miedos más íntimos y, faltaba más, también nuestros deseos más oscuros.

Y luego está la noche, sensual y misteriosa, hecha para el encuentro íntimo y el ansia… y también para los monstruos… o eso podría haber esperado Kou, el protagonista del manga y anime Yofukashi no Uta, si hubiera sido capaz de mayor malicia, al encontrar salida de las sombras de la noche a una chica extraña en una calle solitaria.

Bien venido a mi casa

Kou es un chico de secundaria de 14 años que está pasando por un momento complicado. Vive en un estado de extrañeza que la inesperada confesión de amor de una compañera suya a la que rechaza y las habladurias que siguieron gatillaron. Van varios días que no va a la escuela y los pasa vegetando y las noches lo encuentran despierto y aburrido, insomne. Por eso decide salir de su casa y vagabundear en la ciudad nocturna y su luz artificial, esperando que esa pequeña aventura lo agote y acaso pueda dormir. O quizás no esperaba nada y sólo tenía curiosidad de ver qué podría encontrar. Da lo mismo, se siente libre sin gente alrededor, la noche sola para él. Es joven y para un joven todo el mundo es como nuevo. Y entonces es esta chica, de una edad indefinible pero cercana a la suya (por lo mucho en sus tempranos veintes) no mal parecida, que le habla de la noche y adivina que no puede conciliar el sueño y se ofrece a ayudarlo invitándolo a su departamento.

¿Qué podría querer hacer una chica adulta con un adolescente? Kou siente que no tiene nada que perder y la sigue dócilmente. Allí su anfitriona le dice para que duerma con ella… no, nada sexual. La chica se pone cómoda y se recuesta junto a Kou y le habla para que se relaje y se quede dormido. No funciona, pero el chico hace como que duerme profundamente y la chica acerca su boca a su cuello… y chupa su sangre. Deliciosa.

Kou sale de su fingido sueño sobresaltado. La chica, encarada, primero trata de negarlo pero luego lo reconoce. Es una vampiro y sólo estaba haciendo lo que hacen los vampiros: alimentarse. Calma a su ocasional proveedor diciéndole que no se convertirá sólo porque le haya mordido, y que en todo caso ella no es como otros de su especie. Todo tiene un aire demasiado mundano y sólo se explica que Kou lo acepte tan fácil porque él mismo es peculiar.

Nazuna (que es el nombre de la vampiro) le habla de la noche y de todo lo que se puede encontrar en ella. Kou se siente identificado porque también le gusta y quisiera disfrutarla como piensa que su acompañante la disfruta… por siempre. Así, en un impulso elige un camino de vida para él y le hace una petición: quiere que Nazuna le convierta en un vampiro. La chica le había dicho que no puede hacerlo si antes no se da la condición principal: que él se enamore de ella, lo que bastó para ruborizarla, como le pasa con todo lo que son temas románticos, contrastando con su facilidad para hacer bromas sobre temas sexuales, cosa que demuestra lo inmadura que es para ser una vampiro. Kou no lo ve fácil pero acepta el reto, y Nazuna está de acuerdo en que le visite y le haga compañía en sus diversiones nocturnas mientras le siga dando su sangre cuyo sabor tanto le gusta.

Así comienza esta historia entre dos caminantes de la noche, una vampiro y un humano.

Mientras los demonios están lejos

El resto de la historia en lo que queda de los trece capítulos del anime sigue a sus protagonistas pasando las noches haciendo cosas para divertirse, desde desvelarse jugando videojuegos hasta yendo a una piscina bajo las estrellas. Entretanto, algunos amigos de Kou se dan cuenta de sus nuevos hábitos noctámbulos y terminan involucrados, así como otras vampiros conocidas de Nazuna que complican su relación, descubriéndole cosas acerca de las reglas de ese mundo. Kou sin embargo no se desanima y sigue en su idea de enamorarse de Nazuna y convertirse en un vampiro, muy a pesar de que esta lleva el tema con toda la parsimonia posible, y se siga ruborizando con cualquier avance. Sin embargo poco a poco se hacen más cercanos si no como amantes sí como algo más que compañeros de desvelo, hasta el arco final donde se ven algunas confesiones y resoluciones.

Después de eso está el manga original dibujado por Kotoyama, quien ya había serializado anteriormente ese semi-promocional de la industria dulcera japonesa llamado Dagashi Kashi (que también tuvo anime en el 2016). Posterior a los capítulos adaptados en el anime se van descubriendo más secretos y personajes (no todos inofensivos) obteniendo Kou habilidades semi-vampíricas que le sirven para ayudar en el enfrentamiento de las amenazas que se ciernen sobre él y sus amigos. A la fecha que escribo estas líneas el autor está en medio del arco final de su historia y muchos creen que aunque comenzó como una comedia romántica con tintes sobrenaturales este final no será muy feliz. También Netflix ha programado su emisión en su plataforma para el próximo 12 de enero.

Estilísticamente, el anime busca retratar sus escenarios nocturnos de forma expresionista, en claroscuros siguiendo los juegos de las luces artificiales del alumbrado público, los letreros de neón y de leds, los faros de los ocasionales autos que pasan, y la luna en el cielo. En ese aspecto logra darle su propia personalidad a su mundo como un sitio divertido e incluso cálido, pero también inquietante a veces.

En cuanto a la música, opening y ending destacan bastante, y no sin un contexto curioso. Ambas son canciones realizadas por el grupo de hip-hop japonés Creepy Nuts. Activos desde el 2013, el año 2018 lanzaron su canción Yofukashi no Uta, que trataba de un chico que veía un desperdicio en acostarse a dormir a las 9. Amante de la noche y/o acaso de una mujer (no queda muy claro, pues en la canción recuerda que a los 14 años la montó por primera vez), vindica la vida nocturna en contraposición a la vida de los diurnos. Traducible como Canción/Himno de los Noctámbulos/de la Noche, Kotoyama la escuchó inspirándole una historia de gente disfrutando de la noche, y su personaje Kou, que también se embarca en “montar” a la noche a sus 14 años. Poniéndole el mismo título al manga resultante, cuando se dio la oportunidad de su adaptación al anime el incluir la canción que la originó era una opción bastante obvia, y terminó siendo su ending. Más detalles del contenido de la canción en el playlist que está al inicio de esta entrada, donde incluyo el videoclip original y la versión traducida.

Volarás

¿Entonces Yofukashi no Uta es una obra hedonista? En parte sí o al menos de forma simbólica por todas esas implicaciones de la idea de lo nocturno y el trastocamiento de la realidad común reflejada en la inversión de las horas de vigilia, pero más es una historia de maduración de Kou y Nazuna. La relación entre ambos los llevan a abrirse más el uno al otro y a los demás para crear lazos. Claro que en el caso de Kou eso no significa que vaya a regularizar pronto sus horas de sueño y su vida escolar, pero aceptar que no puede estar tan despreocupado es parte de esa maduración. Acaso al final no haya ningún milagro y Nazuna termine despidiéndose de Kou, pero al menos le habría dejado una gran experiencia y el chico termine amando el día como ama la noche, y a sus amigos y familia, la vida en suma. Entonces su arco estaría completo, y podría volar por sí mismo.

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