Arca de la Vida, Seno de la Muerte, emblema perfecto de la soledad, clave del placer, zona espiritual y cronológica del crimen y el deseo, la Noche es la más vieja y hermosa de las canciones, el más profundo y antiguo de los himnos. Añoranza, nostalgia y saudade de madrugadores; amiga leal y peligrosa de poetas y de sibaritas, de cortesanas y ladrones, de locos y de sabios, la Noche nos llena la Vida. Cuando no es escenario es recuerdo. Cuando no, esperanza. En el regazo de la Noche, el hombre inventó la luz. La electricidad es hija de la Luna. Por eso, cuando los voltios resplandecen, Selene se amortigua con materna voluptuosidad. ¿Qué no ha sido la noche en la vida del Hombre? Acaso la vida no es sino una luciérnaga, parpadeo de fósforo sobre la espalda incansable del mar. La noche, lámpara de la imaginación, nos acompaña siempre. Con ella al lado, penetremos en el gran bosque lunar que, en los historiales de la existencia colectiva, guarda el secreto de todas las pasiones. De noche penetremos en la Noche.
FEDERICO MORE: Prosas de la Luna y el Mar
——————–
Uno de mis fragmentos favoritos de la literatura peruana.
[…] librito llamado Prosas de la Luna y el Mar, que comienza con una suerte de sensual vindicación de La Noche, antesala de un puñado de escritos que revelan al que fuera considerado (me enteré después) por […]
[…] La Noche […]