[Yoni]
Nuestra presidente Dina Boluarte no se cansa de ser pasto de críticas. La última, las que provocó un fragmento de su discurso en medio de un a actividad con madres de las ollas comunes donde para reconocer su labor y la de las madres y mujeres en general para enfrentar el día a día y proveer de alimentación a sus familias dijo, literalmente: «A veces hasta con diez solcitos hacemos sopa, segundo y hasta postrecito, ¿cierto? Nos las inventamos. Así somos las mujeres…».
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OK, yo no soy mujer pero se da la casualidad que en mi casa me encargo de la comida y sí, quizás algo se podría hacer con sólo S/ 10 para darle de almorzar a una familia básica de 3 personas… siempre y cuando ya tengas algo disponible, como gas, sal, comino… pero sería comprando cuartos o medios de todo: cuarto de arroz, medio de papa, algo de lentejas quizás, tres huevos y/o cuellos de pollo, verduras por unidad, un par de manzanas para un agua… la verdad espero nunca tener que improvisar así alguna vez, que ya veo que igual y sí me quedo corto y aunque no, pues no saldría nada demasiado contundente y además serían porciones pequeñas para que alcance. Actualmente S/ 10 sí los gasto pero por persona, aunque incluidos desayuno, lonche y cena, siendo esta última un recalentado de la sopa del almuerzo.
La presidenta insiste en hacer como que empatiza con la gente común, pero como en este caso fracasa bastante (como cuando se autoidentificó como «la mamá de todo el Perú») porque es claro que desde que se aficionó a coleccionar relojes Rolex está desconectada de la realidad del ciudadano de a pie y trata de sobrecompensarlo con su torpe dialéctica, abusando de lugares comunes e inflexiones casi como de niña de primaria.
Por otro lado, que algunas personas hagan milagros para que S/ 10 les alcance para darles algo de comer a sus familias no es algo de qué enorgullecerse. Estaríamos hablando de gente en situación de pobreza, de esa que deben reemplazar las frutas con carbohidratos (que los engorda, pero los malnutre), que no sale de las partes más baratas del pollo y que los lapiceros y cuadernos para mandar a sus hijos al colegio les son casi un lujo.
La presidente Boluarte debería de pensar mejor antes de hablar, que faltan pocos meses para que el Congreso deje de necesitarla para mantener sus curules: cuando sólo les quede un año de mandato y por ende se vuelvan indisolubles. Entonces podrían sacrificarla en la esperanza de mejorar su popularidad con una elección a la vuelta de la esquina. ¿Se dará cuenta? Lo dudo, Vladimir Cerrón la eligió para su plancha presidencial por algo… y no fue por su sagacidad política.
La Yapa: