La emergencia económica y política del continente asiático ha traído también una carrera armamentista que amenaza con desestabilizar una zona en la que siguen existiendo fronteras sin delimitar. Diario El País, 28/11/2010

Como ya se veía venir, el surgimiento de China como segunda potencia económica del mundo y sus ambiciones de hegemonía en Asia han reavivado los temores de los gobernantes japoneses. Y a todo esto, la hermana menor de Pekin (por comunista), Corea del Norte, ya tiene su bomba atómica. Tokyo no podría sentirse más nervioso. Y aparte, India y Pakistán. Y China e India. Y todo el asunto de las disputas en Indochina. La verdad la región está volátil.

Pero empecemos con Japón. Como dije, están nerviosos, ¿tendría por qué? No estoy tan seguro sobre China pero en cuanto a Corea del Norte, este es un país impredecible y está bajo un régimen totalitario que mantiene a su población en niveles de pobreza intolerables de no ser porque cualquier protesta sería rápidamente sofocada. En casos así la guerra es un pretexto natural para enardecer a las masas. El odio, usado como propaganda al estilo de la novela 1984. Sólo es necesario invocar los excesos de los japoneses (a veces genocidios) en Asia Oriental durante su periodo de expansionismo imperialista. Por ejemplo, la más grave, la Masacre de Nanking de 1937 que dio cuenta (según los chinos) de unos 300,000 civiles y prisioneros de guerra asesinados. El total de muertos se calcula entre 3 a 10 millones de chinos, indonesios, coreanos, filipinos e indochinos, entre otros, incluyendo prisioneros de guerra occidentales. De poco le sirve a los primeros ministros japoneses el disculparse como ya han hecho alguna vez, y pagar indemnizaciones. Los que odian y los que promueven el odio no descansan. Por otra parte, Japón sólo reconoce al gobierno de Seúl como el único legítimo de la península coreana, lo cual complica más la situación entre la otra Corea y Japón.

Con el anuncio de que Japón se rearma para hacer frente a las amenazas de Asia continental, China y Corea del Norte se muestran incómodas. Y también se rearman, y Corea del Sur y así toda la región. Los próximos meses serán decisivos para saber si si se cierne el fantasma de una nueva guerra en Oriente.

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Por UnOsoRojo

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