[Yoni]
No sé de dónde es esta imagen, pero es lo de menos. Necesitaba un par de doses, un cero y un cinco para justificar la cabecera y esto encontré en el buscador de imágenes gratuitas… simple. Para la del año nuevo chino sí pienso ponerme creativo.
Festejar el completar una nueva vuelta del planeta alrededor de nuestra estrella para un cínico sería ridículo. Pero yo no soy uno… ni cínico y espero que tampoco ridículo. Tampoco es que festeje mucho, mas bien diría que lo tomo con cierta satisfacción: he visto uno más de estos pasajes, y me es especial porque sé que la cantidad que me faltan por ver son limitados. Si le hago caso a los promedios familiar y étnico un poco más de treinta. De allí cada uno que vea será un regalo. Y no desprecio los regalos.
(Si los veo, claro es, pues mi familia tiene antecedentes de glaucoma, pero de eso me preocuparé a su tiempo no cuando ya sea tarde).
Antes de Navidad me dio una gripe que aún no termina de irse. Eso me impidió adornar la casa como cada año. Pero no soy sólo yo. En mi calle son contados los que han puesto luces, incluyendo los que sé que tienen niños. ¿Será que la gente nos estamos volviendo perezosos? ¿Que estamos perdiendo las tradiciones? No sé, supongo que alguien debe de tenerlo como tema de un estudio sociológico por allí, pero tengo mejores cosas que leer ahora… y que se me acumulan porque mi presupuesto ya incluye libros.
Como no estoy en una planilla formal por ser independiente, no recibí gratificación de Navidad. Al menos sí he recibido de mis clientes un par de canastas, un vale de consumo en La Genovesa con vencimiento al 31/12/2025 y que aún no he empezado a gastar, una propina y un pavipollo que por enfermo no tuve el valor de llevar al horno. Allí está en el congelador de la refrigeradora troceado y que supongo aún me durará una semana. También recibí la visita de unos parientes que vinieron a ver cómo estábamos. En general han sido unas fiestas tranquilas, de «operado»… ¿o debería decir de «convaleciente»?
Unas fiestas algo más optimistas al menos, pues este año fue en el que salí de las deudas que tenía desde el 2019, lo que me ha permitido empezar un régimen de ahorro. Un Año Nuevo sin la perspectiva del acoso de los bancos no tiene precio, es de las cosas que les deseo a mis amigos y a la gente que aprecio. Deber es malo, pero deber no teniendo cómo pagar es terrible. Agradezco no tener ninguna propiedad a mi nombre en Registros Públicos, pero más a mi madre que me ayudara a completar el monto que el banco aceptó descontarme con dinero en mano. Porque al final si tienes una deuda grande impaga ellos están dados a negociar una buena rebaja si les aseguras un retorno mínimo. Ahora he vuelto a estar en verde, y ya me han ofrecido nuevos préstamos, pero «no necesito». Más interesado estoy en encontrar opciones de inversión para meter los puchos que estoy ahorrando. Por ahora lo mejor que he encontrado son plazos fijos a 5% TREA, aunque casi le meto unos miles a la Cooperativa Santa Catalina aprovechando que mi madre sigue siendo socia allí. Desconocía que tuviera tantos problemas de gestión y de que se salvó por los pelos de ser intervenida por la SBS. El interés era competitivo, pero no tienen Fondo de Seguro de Depósito, lo que es una bandera roja para mí.
Y es lo que tengo ganas de escribir ahora. Esta noche sí espero cumplir el reto de las mil palabras, que este año sí debe de observarse sí o sí: no me estoy haciendo joven.
Feliz Año Nuevo… y Prosperidad.
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